domingo, 8 de noviembre de 2009

Nadando en el cráter de un volcán, y por la noche al confesionario de Gran Hermano

03/11/09

De vuelta a la obra. Pete baja el primero y Ben tiene que hacer la cena hoy, o sea que bajo solo con Klara. Y la soledad nos permite soltarnos la melena y nos paramos hasta tres veces en el camino para hacer lo que en realidad es lo más normal del mundo. Madre mía, quién diría que tengo 28 años.

Tras unos días de inactividad obrera, me cuesta volver a coger el ritmo. Pero por suerte no es un día duro, se hace llevadero. Y ella me mira de vez en cuando y yo la miro y menuda situación de jodido teenager. Le intento explicar lo que es un asaltacunas, soy consciente de que es la primera vez que ligo en otro idioma, y de repente me doy cuenta de que Endika, encaramado al andamio, sabe inglés. Se descojona, no sé si habrá atado cabos, pero es fácil.

Ale lo da todo en la consulta. Ha corrido la voz y le asaltan niños griposos y mujeres con erupciones. Le comento un mal estomacal de los míos y comento con Klara lo increíble que tiene que ser venir de voluntario como médico, lo útil que te tienes que sentir.

Comemos como siempre, descansamos como siempre y llegan Christopher, el niño de la pega amiguete de Lau, y dos colegas suyos, escandalosos, y destrozan nuestra paz. Han venido a buscar a Lau que les va a meter en clases de apoyo, en un intento de sacarles adelante. Será difícil, pero el esfuerzo es loable.

Y a la laguna, hoy sí. Justo antes vuelve Ben con la comida para la cena y se caga en nosotros porque no puede venir. Se ha hecho con una bici muy chula, con dos apoyos en la rueda delantera para chinear a quien se preste. Nos vamos a la laguna Klara, Ale, Bea, que se va el jueves y en todo el tiempo que ha estado sólo ha ido a la idílica laguna una vez, y yo. El hecho de que venga Bea desbarata mis planes de liarme tranquilamente, como debe ser, con Klara, pues Bea es muy amiga de las canadienses, y éstas lo son de Ben, así que mejor nos curamos en salud. Klara me comenta de camino que hablará con él, que no quiere ser injusta ni hipócrita y que el problema es que cuando ella le dijo que no su excusa fue simplemente que no había venido aquí a liarse con nadie. Ja. Le digo que no está mal, que le diga que es verdad pero que claro, he llegado yo, y con lo que molo, pues no ha podido resistirse. Me pega un puñetazo en el hombro. Pero me quiere pegar un muerdo en el cuello. Lo sé. Lo cierto es que me siento en parte culpable. Así es la vida, está claro, todo se basa en elecciones, y ella ha hecho la suya, cabrona, que tiene dónde elegir. Pero Ben me parece un tipo muy legal como para andarnos con mentiras con él. Es lo que hay.



El camino a la laguna es en dirección contraria a Granada. En un momento dado abandonamos el camino y nos adentramos por un prado, y llegamos a lo alto del cráter, y para abajo, por en medio de la selva, y cuando digo la selva, es la selva. Está mínimamente adoquinado el paso, pero las ramas, lianas, árboles, sonidos de monos y aves nos envuelven.



No consigo ver los monos, pero los intuyo, y tienen pinta, por los gruñidos, de tener mala ostia.

Conseguimos llegar al agua. Es cristalina. El cráter es enorme, échale un kilómetro de diámetro. Nos hacemos un hueco en la poca orilla que hay. Leonardo di Caprio es un mierda, yo soy el rey del mundo.



El sol pega fuerte, por lo que el verde selvático, que muere en el agua, es brillante, y el agua resplandece. Más bucólico no puede ser. El agua, además, y por ser un maldito cráter, está calentita. Meterte en el agua es fácil. Salir cuesta. Se está demasiado a gustito.



A las cuatro y pico empezamos la vuelta, que es lo jodido, pues hay que subir hasta lo alto de la pared del volcán.
Llegamos a la Casa de Voluntarios hechos cisco, pero conocedores de que hemos estado tan cerca del paraíso. Me pregunta Lau qué tal es, que es la única que no ha ido, hoy tenía clase con los críos, el del pegamento incluido. Le digo que es alucinante, pero que lo dura que es la vuelta te hace pensar que una y no más, Santo Tomás. "Menos mal que no tenemos memoria del dolor", suelta Ale. Toma frase, y es tan cierta.
Es muy grande este chaval. Gracia murciana, y mucho don de gentes, que es algo que todo médico debe tener. En la laguna se ha marcado alguna coña que nos ha hecho troncharnos de la risa, y la pobre Klara con su cara de incomprensión, y claro, cuando le traduzco la coña, ya no tiene ni la mitad de gracia. El humor sabe de idiomas.

Antes de la cena escribo las líneas anteriores y cuando voy a guardar el ordenador Lau me pide leer lo que haya escrito. Esto de tener fans... Claro que se lo doy, y miro a Klara,que me mira divertida, sabiendo que Lau va a descubrir. Cada uno desde su hamaca escrutamos los ojos de Lau mientras me lee, y de repente levanta la mirada alucinada, primero mirándome a mí y luego a ella y se empieza a descojonar. Ya tenemos nuestra primera cómplice. Joder, hay que decírselo a Ben antes de que se entere por sí mismo, que es lo peor que podría pasar. Klara reconoce la verdad del tema y se marca el finde como fecha propicia para mantener esa discusión. Me ofrezco para tenerla yo con Ben, pero ella es lista y sabe que le toca.
El gran Ben, porque es que me cae de puta madre y me jodería que se empañara la historia por mis putos líos de faldas, si es que no tengo remedio, allí donde vaya... bueno, pues eso, el gran Ben se marca unas kitsch estupendas. Menudas cenas. Nos ponemos como queremos, y luego toca reunión. Se caldea el ambiente. Después de comentar lo que se hará mañana, Jose toma la palabra.

- Estas reuniones están muy bien para contar lo que se va a hacer al día siguiente, pero creo que también son útiles para exponer cómo nos sentimos.

Y lo traduce inmediatamente al inglés. Es el único que lo ha hecho desde que llevo aquí. Y continúa.

- Y el caso es que yo me siento muy mal. Me robaron la bici, que bueno, me jodió, pero qué le vamos a hacer, pero es que le encargué frutas y verduras a Chapu para el finde, y yo me fui a Masaya, y al volver no las vi. Esta mañana me ha pedido el dinero, y claro, le he pagado y me he puesto a buscar por toda la casa. Finalmente he encontrado la fruta podrida empotrada en un cajón y no había ni rastro de la verdura. Yo no lo digo para acusar a nadie, simplemente para decir que estoy muy triste y que me estoy planteando dejar de vivir aquí.

Y lo vuelve a traducir. Y a mí se me llevan los demonios. Este chaval no se merece esta mierda. Es un tipo sensible, como yo, putos libra, y encima es independiente a más no poder, con lo que para él es un esfuerzo vivir en comunidad, puto Big Brother, pero se apaña bien. Pero claro, ahora le pasa esto y es como el acabose. Me siento como el culo. Nadie sabe nada de las verduras. Judith, la doña, y Eli limpiaron el frigo este fin de semana, acción loable y necesaria donde las haya, y entonces le explican que probablemente la fruta se quedase fuera y por eso se pudrió. Pero de la verdura nadie sabe nada. Se queda en esto el tema, y Jose finaliza su intervención invitando a quien quiera a exponer su estado de ánimo. Y ahí entro yo al trapo, más caliente que una estufa en octubre en la estepa.

- Pues mira, ya que estamos... ahí voy. A mí que venga gente que no vive aquí [refiriéndome a Chapu, Pochi, Endika, Tess y Judith, la otra, pero sin nombres, claro, no hace falta] y viene a cocinar, ducharse, cagar, desayunar, tomarse un café... me parece estupendo, pero coño, que limpien, que dejen todo como estaba. El calcetín que usa Vanessa para su café estaba en la otra casa y ella no lo encontraba. No sé, me resulta un poco hipócrita dejar de vivir aquí para librarse de los marrones, como las cenas comunales o estas reuniones, que pueden resultar un marrón, pero en cambio se siguen aprovechando de las ventajas de estas casas, como son las neveras, fuegos, horno y duchas. Puede que esto suene muy egoísta, pero la verdad es que visto lo visto me da igual. Que vengan y hagan lo que quieran, pero con respeto y actitud siempre. Y lo más demencial de todo es que tengamos que explicitarlo. Joder, que somos mayorcitos, lo que guarreas lo limpias y punto. Y si haces uso de estas cosas a menudo, entonces deberías tener las mismas condiciones que los que sí vivimos 24 horas aquí: 20 córdobas semanales para gastos comunes, porque se limpian el culo y usan nuestra sal, y la pasta para el butano. Qué cojones. Endika no vive aquí, pero curra en la obra, así que por supuesto que coma y que se duche lo que quiera, pero que limpie.

Todos menos Haley están conmigo. Incluso Pete me dice que los discursos emocionales a veces resultan más efectivos que los discursos racionales. Ese es mi puto fallo, le digo, que cuando me hierve la sangre no controlo muy bien, y me pierden las formas. Me dice que he hecho de puta madre, que están todos conmigo y que "those fucking pigs need to know this". Joder, me siento mejor. Bea, que se va en dos días, me dice que qué puta mierda que hayan tenido que pasar seis meses para que este tema de conversación se saque. Haley simplemente se calla y me mira con esos ojos de gato cabreado. No se los saco porque me daría más grima mirarla. Sólo falta Eli en la reunión, que está con los hippies mentados. Veremos cuando venga. Una reunión intensa en la que parece que salgo reforzado, ja, y el pobre Ale se queda alucinado. Es su primera reunión y no ha sido la más agradable.

Judith, la doña, se queda tan ancha con la discusión, limitándose a decir que esto es cosa de los voluntarios, no de ACE. Que es verdad.

Jugamos al póker, para que gane Klara, por si había dudas. Y llega Eli y se pone a cenar el plato que le hemos reservado y pregunta por la reunión, qué tal ha ido, y le digo que intensa y pregunta porqué y me puede la vehemencia y uso ese tono que no debería usar. Terminando además mi breve recopilatorio con un "y si esto me supone un roce con esta gente, sinceramente, me la suda". Eli alucina, es una perroflauta más, pero vive aquí. Su argumento es "pero es que también son voluntarios". Me la come tres pueblos, bonita, que además es que eres bonita. A mí todos me caen bien, me rio con todos, perroflautas incluidos, pero ni voluntarios ni ostias, sólo pido respeto. Pero me callo todo esto. No le digo que Pochi lleva meses sin ser voluntario, como Chapu, que se ha montado su negocio. Y me parece todo de puta madre, pero yo no voy a su casa exclusivamente para cagar porque soy así de guay. Pero es de noche, la gente duerme y quedamos en que esto se habla con ellos, y punto, como debe ser.
Alex, un nica que ayuda en la obra, está ahí voluntariamente. Su motivación es otra, quiere que le contraten, pero es igual de admirable que cualquier otra razón que nos empuja a trabajar gratis. Y a él ni se le invita a comer. Y no viene aquí a desayunar, hacerse café al fuego ni ostias.

Qué fácil es ser hippie cuando lo que en realidad eres un gorrón desagradecido, sucio y maleducado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno hermano, ¡cómo estamos disfrutando de tu aventura! ¡Esto es mucho mejor que una serie adictiva de TV o un libro de Larsson! (¡¡Venga, otra entrada más y me voy a acostar!!) Es como como si estuvieramos allí, tomándonos las mismas birras aguadas o comiéndonos las mismas fajitas. Les hemos cogido cariño a Ben, Pete, Kiara, Lau, Ale, Judith... Nos hemos hecho forofos de los Halcones, sudamos contigo en la obra... ¡Y nos parece fatal que la gente de fuera de ACE vaya a cagar allí sin respeto! Tienes magia en los dedos, hermano. Deja que siga fluyendo...
Por cierto, que es muy interesante lo que reflexionabas sobre el trabajo. Allí, en la obra, eres porque ves el fruto del trabajo y lo sientes como propio ("esta casa la he levantado con mis propias manos"), mientras que en Orange no. Esto último es lo que Marx llamaba la alienación del trabajador. Cuando te quitan el fruto de tu trabajo, te quitan algo de tu esencia. Ya no creo que te la vuelvan a quitar...
Dale un abrazo solidario-profesional a Ale el murciano. Estaría bien compartir con él impresiones, comparando con nuetra experiencia en Etiopía. No es nada fácil hacer (o intentar hacer) medicina en sitios así. ¡Mucho ánimo!
Y por último, una sugerencia idiómatica: "cradle-buster" por "asaltacunas". ¡Ja ja ja ja! ¡Genio y figura!

Un abrazo brother. Sigue disfrutando. Se te quiere mucho,

Carlos y Andrea