martes, 25 de julio de 2017

La rueda

Nos pareció buena idea. ¿Por qué no? Ya sabes que el verano en un pueblo es muy largo. Bueno, cuando eres niño. Que era entonces. Hace no tanto. Tres meses eran 122 días. Uno tras otro. Y si no echas siesta, porque para qué, si ya dormíamos 10 horas del tirón por la noche, que ya sabes que en el pueblo refresca a partir de las nueve, pues los días duran tanto que ocupar todas las horas se hacía muy difícil. Así que cualquier excusa valía para pasar el rato. Una rueda era una excusa. Una rueda y un terraplén eran un misterio que valía la pena descifrar. ¿Llegaría rodando hasta abajo?