lunes, 27 de julio de 2015

Camisas, camisetas y otras prendas

Si en la primera tienda en la que entre hay una camisa que me gusta, haré lo posible por hacerme con ella. No esperaré a ver si en la siguiente tienda, o en la siguiente, o en la siguiente, hay una prenda que me quede mejor, que me embelese más, que sea más de mi estilo. No es porque no me guste irme de compras o porque confíe excesivamente en mis instintos. Es sólo que si pronto veo algo que atrae, para qué esperar a ver si hay algo mejor a la vuelta de la esquina. No es una cuestión de pájaro en mano, etcétera, sino que, sabiendo que en algún lugar del mundo habrá siempre una camisa que me obnubile aún más, no le veo el sentido a desechar oportunidades sólo porque puede que más adelante me tropezaré con ropa que pareciera hecha para mí. Si me tengo que tropezar con ella, me tropezaré, pero no encuentro la lógica a aguardar algo que tal vez no llegue, pues puede que esa camisa sea la que mejor me puede abrigar. Hagamos armario con el que sentirme a gusto. Lo que no quiero es vestirme por vestirme.

miércoles, 8 de julio de 2015

Torneos de verano

Si nos mirábamos cuando no nos conocíamos, ¿por qué ahora, que hago por descubrirte, economizas el lenguaje y te haces maestra de los monosílabos? Tal vez sea mi irrefrenable ansia de felicidad, pero yo habría jurado que cuando no sabías mi nombre, tus pupilas reaccionaban a la llamada de las mías y mantenían conversaciones indescifrables, se prometían risas y juegos, cimentaban encuentros futuros y quién sabe qué.