jueves, 29 de junio de 2017

Bartleby

No escribo porque no quiero escribir.
No escribo porque nunca he tenido por qué escribir.
No escribo porque escribo para nadie.
No escribo porque no leo.
No escribo porque no follo.
No escribo porque esperas que escriba.
No escribo porque llevo un tiempo en el que solo veo.
Ya ni miro.
No escribo porque no quiero contarlo.
No escribo porque escribiría sobre haber elegido no estar con la chica con la que habría que estar toda la vida.
No escribo porque soy un cobarde. En vez de escribir, entierro. Que es todo lo contrario a escribir.
Escribo esto porque no escribo. Escribo esto porque no amo.
Y al volver a escribir, es como cuando apagas la campana de la cocina. La costumbre sabe engañarte.
Pensé que lloraría al retornar al Word.
De momento, me sonrío. En una mueca que intento describir pero me da como vergüenza, porque en realidad la mueca es la trampa.

Todo lo que has leído es redundante.