Lo que me has enseñado, me lo quedo.
Lo que de mí has aprendido, te lo niegas.
Después de tantos meses, cuando ya sólo puedo hablar en
pasado, sólo guardo lo que fue bonito. Ahora que sé que no todo lo fue.
Yo quería cambiar antes de encontrarnos. Yo era espoleta, tú
fuiste el gatillo.
Y ahora que no hay balas, sigo el camino que empecé contigo,
no por ti.
Por mí.
Sólo yo soy blanco de mis salvas.
A ti no iba dirigido ningún disparo.
Hinchas celebran triunfos en Neptuno. Sin que él sepa ni
entienda.
Y ahora que yo entiendo, eres tú la que no sabes.
Soy la fuente del lago del Palacio de Cristal, que escupe
agua como un geiser.
Tú eres los patos, que se alejan a la orilla por miedo a que
les salpique.
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