lunes, 13 de abril de 2009

Semper fidelis

- Mira, tío - me susurra ella, cogiéndome de la camiseta y mirándome tan hondo que casi me atraganto, arrastrando la o y llenando el ambiente de puntos suspensivos.
- Mira, tía - le respondo yo, sonriendo malo y dejándome guiar hacia una boca y unos ojos que ni conocía ni pensaba conocer, y mírame ahora.

Y nos mordemos y nos agarramos y nos despeinamos el uno al otro, y tropezamos y caemos a la arena y nos da igual y seguimos inseparables. Y me sujeta por el cuello y de la muñeca izquierda y mi mano derecha es poca cosa para impedir que ella se ponga encima y me apriete con los muslos, clavándose seguro mis puntiagudos huesos de la cadera, pero no se queja, sino que bufa. Y me amarra las manos y se ríe ahí arriba, su labio inferior desapareciendo entre sus dientes y los ojos abiertos e iluminados por el deseo y el perico.

Y como estamos en una playa de un pueblo que no es el mío, no sé si el suyo, y como es muy de noche, a saber qué puta hora es, y como acabamos de salir los dos de una discoteca a la que habíamos llegado sin saber que existía el otro, y como contamos más farlopa y alcohol en vena que mar ahí delante, hago una elipsis.

Y el sexo no es gran cosa y yo decido bañarme desnudo y ella no me sigue, se queda tumbada desnuda, con los codos apoyados en la arena mirándome hacer el niño. Me roba un cigarro y se masturba mirándome.

Y yo me quedo dentro del agua, hundido hasta la nariz, acechándola y preguntándome si otra vez he dejado a alguien con ganas...

Menuda racha. Qué será de mí si vivo mi extimidad. Me devorarán los lobos que aún comen lo que escribo. Follarse a una desconocida en una playa es para contarlo. Vaya que sí. Por las risas, por el ego, siempre, y porque de todo se aprende. Pero claro... se está masturbando porque yo no la he satisfecho plenamente, y yo mientras me doy un baño solitario y absurdo, que se me están quedando las pelotas miniaturizadas. Y contarlo puede atentar contra el autor. Pero no sé hacer otra cosa.

Y vuelvo pensando en mi rabo y mi rabo pensando en mí y ella sonríe, ya sin tocarse.

No la conozco de nada, no debería importarme que no se haya corrido. Yo sé que se lo ha pasado bien. Yo me lo he pasado regular, la verdad. Sé que no soy lo peor, pero los hechos me inducen a pensar que debería creérmelo un poquito. O que les den por culo a los hechos. Pero yo se lo digo.

- Tía, soy lo peor. Te he visto desde el agua, masturbándote. Te he dejado con las ganas y he pasado de ti - necesito un tiro. Tengo el perico en el pantalón.

- Ponme otra a mí. Y no seas gilipollas. No esperaba echar el polvo de mi vida. Ha estado bien, sin más - y tira la colilla del cigarro y me mira sin pestañear, creando una expresión amistosa y acariciándome el hombro y yo respondiéndola con dos rayas sobre mi cartera. Esnifa. Se la suda todo. Esnifo. No consigo que me la sude todo. Me guardo la droga y veo que se viste. Elipsis, más por el silencio que hubo a lo que sigue que por vergüenza.

Me meto en la discoteca con algo de labia y buenos modales, que el sello de mi mano se ha quedado un tanto borroso por el agua y ya se sabe que los porteros son suspicaces. Pierdo pronto a la amante momentánea. Encuentro a mis colegas más borrachos que antes y menos vestidos, y terminamos una noche en la que una tía me folló sin más y yo estoy obcecado en pensar que no supe estar a la altura de un polvo mítico, situado en playa lejana y coprotagonizado por una desconocida de cuerpo tabú que te saca a rastras de una discoteca.

Y ahora lo escribo con mucho sueño y media sonrisa, la otra media me la guardo para cuando... la encuentre.

Pondría una muesca ahora en mi pistola, pero creo que esa pistola se perdió cuando me volé la cabeza hace no mucho.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A tus pies.
Y la pistola no se perdió, la tengo yo. Ahora sólo me queda saber qué hacer con ella.
"Semper fidelis". Semper.

Germán Huici dijo...

Me ha gustado mucho, últimamente estás muy bien de ritmo, gracias por citarme. Dios, sin duda, escucha Coldplay. Probablemente

http://www.goear.com/listen.php?v=968fe16

Sólo se vive una vez, pero se muere unas cuantas.
Plata y oro.

Anónimo dijo...

Te voy a hacer caso.

Mixha Zizek dijo...

Locura hermosa en tu texto llena de complejidades. Ficción o realidad da igual lo importante es que una puede visualizarte en la playa con ella masturbandose y otearlos a ustedes juntos a través de tus palabras, muy buen texto, besoss

Maktub dijo...

- Mira, tío - me susurra ella, cogiéndome de la camiseta y mirándome tan hondo que casi me atraganto, arrastrando la o y llenando el ambiente de puntos suspensivos...

Con un princípio así ¿quien se resiste a seguir leyendo?

Me encanta olvidarme de leerte y volver y seguir sorprendiendome una vez más.

Besazo... chocando bien suave los labios al pronunciar la b, haciendote cosquillas con la s y alargando la o como a ti te gusta.
Muaaa :)