sábado, 25 de noviembre de 2017

Amueblándonos

Yo elijo la encimera que creo menos fea. Tú escoges la que más me gusta. Yo me pierdo entre las opciones de cajoneras, tú llevas mis pupilas a las más prácticas. Los grifos me apalean, tú les intimidas y te quedas con el que mejor lavará mis manos sobre una pileta que te saca una sonrisa. Yo me estrujo los sesos entre dos fregaderos, tú me explicas cuál debe ser, el porqué es obvio pero yo no lo intuía. Se me derrumban ecuaciones al intentar resolver el problema de la esquina de mi cocina, tú aportas la única solución sin hacer cuentas ni despejar incógnitas, porque nunca las hubo.
Y así me amueblo la cocina y el baño, así construyo mi casa sabiendo que sin ti no sería hogar, que solo serían cuatro paredes con sus útiles, mientras que contigo es un reino por el que nunca peleé, pero que haces mío.